Pedalear por Jordania, recorrer el Jordan Bike Trail, aventurarse por las pistas rocosas y por el desierto de arena rojiza, disfrutar de la hospitalidad y de la cocina beduina, acampar en las montañas escarpadas, habitadas por los pastores y sus rebaños de ovejas y cabras… era una idea que de vez en cuando transitaba por nuestros pensamientos, desde hacía unos años.
Había llegado el momento y una tarde de diciembre, llegábamos con nuestras bicicletas al aeropuerto de Amán, la capital del Reino Hachemita de Jordania.

Para esta ruta, utilizamos las Megamo Factory, la bici perfecta para un viaje de bikepacking de estas características. Como dicen, la bici ideal para superar tus límites y explorar nuevos horizontes.
Ambas bicicletas iban equipadas con bolsas de bikepacking: una bolsa delantera, otra de trasera y una en el cuadro, para disponer de suficiente capacidad para ser autónomos y así disponer de la tienda de campaña, los sacos de dormir, el hornillo, etc.
También, añadimos un par de soportes en la suspensión para tener una reserva de agua, cuando fuera necesaria, imprescindible en países áridos como Jordania. Realmente, las Factory parecen diseñadas a la perfección para el bikepacking. |
 |
Para esta ruta, utilizamos las Megamo Factory, la bici perfecta para un viaje de bikepacking de estas características. Como dicen, la bici ideal para superar tus límites y explorar nuevos horizontes.
Ambas bicicletas iban equipadas con bolsas de bikepacking: una bolsa delantera, otra de trasera y una en el cuadro, para disponer de suficiente capacidad para ser autónomos y así disponer de la tienda de campaña, los sacos de dormir, el hornillo, etc.
También, añadimos un par de soportes en la suspensión para tener una reserva de agua, cuando fuera necesaria, imprescindible en países áridos como Jordania. Realmente, las Factory parecen diseñadas a la perfección para el bikepacking. |
 |
Aterrizamos en Jordania. Previamente, quedamos, por correo, con un miembro de la comunidad Warmshowers por si podía acogernos en su casa, como solemos hacer nosotros cuando pasa un ciclista viajero por nuestra zona. Leo se ofreció enseguida, un alemán que estaba estudiando unos meses en Jordania.
Nos vino a recoger al aeropuerto y, al cabo de poco más de 10 segundos de habernos “conocido”, Ricard dijo: “¡Yo te conozco!”. ¿Puede ser? Nos habíamos encontrado en un hostal en Bakú, la capital de Azerbaiyán, en 2016, cuando tanto él como nosotros habíamos salido de casa pedaleando hacia China.
Aterrizamos en Jordania. Previamente, quedamos, por correo, con un miembro de la comunidad Warmshowers por si podía acogernos en su casa, como solemos hacer nosotros cuando pasa un ciclista viajero por nuestra zona. Leo se ofreció enseguida, un alemán que estaba estudiando unos meses en Jordania.
Nos vino a recoger al aeropuerto y, al cabo de poco más de 10 segundos de habernos “conocido”, Ricard dijo: “¡Yo te conozco!”. ¿Puede ser? Nos habíamos encontrado en un hostal en Bakú, la capital de Azerbaiyán, en 2016, cuando tanto él como nosotros habíamos salido de casa pedaleando hacia China.
UNA VEZ MÁS, LAS COINCIDENCIAS ME PUSIERON LA PIEL DE GALLINA.
Cenamos juntos y recordamos las carreteras kurdas, los paisajes y comidas chinas y las complicadas fronteras asiáticas. ¡Qué gran reencuentro! Nuestro viaje empezaba sin duda con buen pie.
Al día siguiente, aún pensando en las coincidencias de la vida, nos dispusimos a pedalear los primeros kilómetros. Era viernes, día festivo en un país musulmán. Se respiraba tranquilidad por todas partes. Sólo algún ladrido que oíamos a nuestro paso rompía el silencio.
Habíamos decidido que seguiríamos el Jordan Bike Trail. Una ruta ideada por Matthew Harms que recorre de norte a sur todo el país. Nosotros lo seguiríamos desde Madaba hasta Aqaba, a orillas del mar Rojo.
Es una ruta que pasa por las maravillas históricas y naturales de Jordania, por grandes cañones y uadis y por espectaculares paisajes como el mar Muerto, la reserva de la Biosfera de Dana, Petra y Wadi Rum.
LOS PRIMEROS DOS DÍAS PERCIBIMOS DE FORMA BASTANTE PRECISA QUÉ SIGNIFICABA PEDALEAR POR JORDANIA.
Desniveles, terrenos rocosos, perros que nos hacían bajar en más de una ocasión de la bicicleta, tiendas beduinas, parajes inhóspitos y un gran abanico de realidades que como siempre se escapaba de nuestra percepción, seguramente más superficial.
Así, percibiendo todo este caleidoscopio, llegamos a una pequeña población donde se suponía, o más bien suponíamos nosotros, podríamos comprar cuatro víveres y pan. Todo estaba cerrado, pero vimos una pequeña tienda abierta. Sólo vendían chocolatinas, galletas y dulces para todos los gustos.
Un chico se nos ofreció para ayudarnos y fue a buscar pan a su casa. No aceptó de ninguna forma nuestro dinero. Éramos sus invitados en Jordania y jamás lo aceptaría. La generosidad musulmana hacía acto de presencia una vez más.
 |
Los días siguientes continuaron en la misma tónica, bajando a uadis profundos para volver a subirlos por cuestas con mucha pendiente, ir sorteando barrancos y disfrutando de aquel camino. Quizás la bajada al Wadi Mujib y su posterior remontada fueron de los más espectaculares, pero también nos exigió hacer algún tramo empujando la bicicleta. |
Los días siguientes continuaron en la misma tónica, bajando a uadis profundos para volver a subirlos por cuestas con mucha pendiente, ir sorteando barrancos y disfrutando de aquel camino. Quizás la bajada al Wadi Mujib y su posterior remontada fueron de los más espectaculares, pero también nos exigió hacer algún tramo empujando la bicicleta. |
 |